Esta dimensión abarca las creencias, esperanzas, el cuidado de sí, el sentido para cada acción y las relaciones interpersonales del ser humano y determinan la realización de cada Ser.
Es importante reprogramar la dimensión espiritual para enfocar las creencias y esperanzas hacia la aceptación de las nuevas circunstancias que el destino envíe; para considerar cualquier inestabilidad que surja como una bendición, una nota necesaria en la sinfonía que es el plan del mundo y un trampolín fabricado con esmero hacia el crecimiento y la evolución que te convertirá en el líder, guerrero y mejor ser humano que necesitas ser.