Cuando se toma la decisión de emprender, es normal tener momentos de euforia ante la inminente materialización un sueño; sin embargo, es fundamental dejar que decanten las emociones y pensar detenidamente en el cómo poner en marcha el negocio de la manera más responsable posible. A este proceso se le denomina planeación.
Muchos emprendedores inician su proyecto sin tener un plan financiero definido y esto es, a la postre, lo que termina por llevar al fracaso de la mayoría de nuevas empresas. En Colombia el 70% de las empresas que nacen, se acaban antes del quinto año, a este periodo se le conoce como el “Valle de la Muerte”, y las causas, aunque diversas, están altamente ligadas a razones económicas.
Una pregunta obligada para todo emprendedor es: ¿Eres consciente de la importancia del plan financiero para tu proyecto?
El plan financiero hace parte integral del plan de negocio y es un documento necesario antes de la puesta en marcha de la empresa. En este plan se deben plasmar las inversiones necesarias para llevar a cabo el negocio, las necesidades de capital, tanto para mantener un inventario de materias primas que permitan operar, como para asumir los costos fijos de la empresa mientras empieza a tener caja para auto sostenerse.
Así mismo, en el plan de negocios se debe hacer un balance inicial que permita identificar la situación financiera de la empresa en el momento cero, o punto de arranque.
Es de igual importancia proyectar un estado de resultados, que se convierta en la hoja de ruta para que el empresario navegue por el mercado escogido y tenga claro cuáles son sus necesidades de ingresos, para cubrir sus costos y pueda llevar control periódico de los mismos.
Otro aspecto fundamental del plan de negocios es el presupuesto de caja, la necesidad de capital líquido con que se debe contar, que está determinado por los costos fijos y variables en una línea de tiempo. De este flujo de caja se derivan las necesidades de inversión y por ello la importancia de su elaboración juiciosa.
Lo ideal es que todo proyecto, antes de salir en vivo, tenga un plan de negocio validado, del cual haga parte integral el plan financiero. Y es importante porque con este plan se evalúa la viabilidad del proyecto, es decir, determina si se debe ejecutar o no.
Elaborar el plan de negocio no puede ser opcional, es imprescindible y este documento debe contener como mínimo:
- Proyección de ventas. Antes de poner en marcha la empresa, el emprendedor debe definir cuánto necesita vender, y normalmente la cifra está dada por sus necesidades de capital para cubrir costos fijos por un determinado tiempo.
- Presupuesto de Caja. Aquí se consolidan los flujos de caja necesarios para el funcionamiento óptimo de la empresa y se registra el recaudo de cartera, y todos los movimientos de efectivo que se deban hacer en un periodo de tiempo determinado.
- Plan de inversión inicial. Este plan debe contener las necesidades de caja, el presupuesto para compra de maquinaria, y las adecuaciones necesarias para la puesta en marcha de la empresa.
- Plan de Financiación. Después de que el emprendedor tiene claro cuánto necesita para iniciar con su negocio y sostenerlo mientras empieza a hacer caja, llega el momento de identificar cómo va a apalancar financieramente su empresa, por lo tanto, el plan de financiación es la columna vertebral de la empresa. En este punto se define si la inversión se cubrirá con recursos propios, se accederá a crédito, se buscarán inversionistas, etc.
El emprendimiento casi siempre nace como un sueño, y materializarlo es posible, sólo si el emprendedor tiene la capacidad de anticiparse al comportamiento financiero de su negocio y estar preparado para sopórtalo. De ahí la importancia de la planeación juiciosa y efectiva.
Tener una empresa que perdure en el tiempo, con una óptima organización y con la capacidad de atravesar el “Valle de la Muerte” es posible, si el emprendedor comprende la necesidad imperiosa de planear, y puede aterrizar sus ideas con una proyección lo más cercana a la realidad posible