REPROGRAMACION EMOCIONAL
MEJORANDO EL ARTE DE CONECTAR
Las emociones son inherentes al ser humano, somos seres emocionales, tenemos la capacidad de sentir, disfrutar, pensar, padecer las experiencias que encontramos en nuestro entorno, de hecho, las emociones nos dan la certeza de que estamos vivos.
Cuando logramos un alto nivel de inteligencia emocional, logramos que las emociones nos ayuden a conectarnos con otras personas, nos permitan sentir empatía que a su vez forja relaciones y nos faciliten la comunicación asertiva, resolver los conflictos y expresar nuestros sentimientos.
El reto es alcanzar el grado de inteligencia emocional necesario para que eso suceda; a veces y, sobre todo, cuando vivimos épocas turbulentas, nuestras emociones se convierten en uno de los tantos problemas con los que tenemos que convivir y no juegan a nuestro favor sino en contra, llevándonos a destruir relaciones, comunicándonos inadecuadamente y generando conflictos con nuestro entorno.
En esas situaciones aparece la culpa, una de las emociones más predominante en el ser humano, que nos lleva a despreciarnos y desvalorizarnos y que no nos deja evidenciar la raíz del problema, generalmente terminamos responsabilizando a la circunstancia que nos llevó a comportarnos de la manera que no nos gusta.
Es importante decir que los momentos duros y turbulentos que todos soportamos, nos hacen capaces de experimentar en plenitud los placeres de los buenos momentos cuando se presentan y esos momentos siempre llegan, incluso cuando parece que no lo harán.
La raíz del problema no está en la situación que se presenta, está en nuestra experiencia biográfica, allí donde el cerebro aprendió a comportarse de determinada manera al recibir ciertos estímulos; en aquellas heridas que no hemos logrado solucionar, en aquellos traumas que crearon nuestras características conductuales. El primer paso para mejorar la inteligencia emocional es reconocer nuestras emociones, sin que necesariamente nos debamos sentir abatidos. Ningún ser humano está abatido, solamente estamos heridos en distinta medida; el trauma es un resultado inevitable del viaje que todos iniciamos con el nacimiento y que va hasta la muerte.
Reprogramar nuestras características de conducta en el plano emocional es fundamental para lograr cualquier meta que nos hayamos fijado en la vida; es la base para una existencia tranquila y exitosa.
La inteligencia emocional es una habilidad que se puede desarrollar con dedicación, práctica y autocontrol. Es necesario seguir una secuencia lógica para ponerla en práctica constantemente y parte del autoconocimiento, aprender a identificar cómo me siento y de donde proviene esa sensación, ir a nuestra historia biográfica para descubrir en donde nació ese sentimiento que casi siempre está ligado a un trauma o una herida no resuelta en nuestra vida y que se activa cuando esa experiencia sensorial se repite; una vez comprendemos el origen de nuestras emociones, se nos hace más fácil gestionarlas de forma saludable; esa gestión consiste en enviar otra información al cerebro, para que la característica conductual empiece a cambiar con la lingüística verbal y corporal.
Después de comprender y gestionar nuestras emociones es importante aprender a comunicarlas efectivamente, a expresarlas de manera correcta, sin herir a otros, a manifestar lo que sentimos desde la honestidad y la empatía. Esto nos lleva al siguiente paso que es resolver los conflictos de manera efectiva, lo cual significa buscar soluciones donde nadie salga afectado, explorar diversas posibilidades de solución y estar dispuestos a ceder sin sentirnos afectados.
Para una correcta gestión de emociones es fundamental el uso de la reflexión, darnos el espacio necesario para pensar de manera tranquila lo que sentimos y cuestionar nuestro actuar para identificar procesos de mejora; hay actividades complementarias que ayudan en el proceso como el ejercicio, la meditación, escuchar música, estar en silencio y rodearse de naturaleza.
Indudablemente la conexión con otras personas es una actividad inherente al ser humano y por lo tanto también al proceso de emprendimiento; las relaciones son fundamentales para posicionar cualquier negocio, por eso es necesario sostener estas relaciones con emociones sanas, con una correcta comunicación y alta capacidad para resolver los conflictos que son tan naturales como la relación misma, por eso es necesario reprogramar nuestras emociones para que nos ayuden en el fortalecimiento empresaria y personal y no vayan a jugar en nuestra contra en ningún momento.
La Inteligencia Emocional y su Importancia en El Emprendimiento
La inteligencia emocional es un factor muy importante para el éxito en cualquier ámbito de la vida, y esto es especialmente cierto en el mundo de los negocios y el emprendimiento. A menudo, se piensa que para triunfar en las empresas sólo se necesitan habilidades duras, es decir aquellas específicas e inherentes a una profesión. Sin embargo, la realidad es que la inteligencia emocional es tan importante como cualquier habilidad dura.
En primer lugar, la inteligencia emocional nos permite tener una mayor comprensión de nosotros mismos. Los emprendedores que son capaces de entender sus propias emociones son más propensos a tomar decisiones inteligentes y equilibradas. Además, aquellos que pueden regular sus emociones tienen una mayor capacidad para mantenerse enfocados y perseverar a pesar de las dificultades. Esto es particularmente importante en el mundo del emprendimiento, donde los desafíos y los contratiempos son comunes.
En segundo lugar, la inteligencia emocional también nos permite entender a los demás. Los emprendedores que son capaces de comprender las emociones y motivaciones de las personas con las que trabajan son más propensos a tomar decisiones efectivas y establecer relaciones duraderas y beneficiosas. Además, aquellos que son capaces de comunicarse de manera clara y efectiva con los demás tienen una ventaja competitiva en el mundo de los negocios.
La inteligencia emocional es fundamental para el éxito en el mundo de los negocios y el emprendimiento. Los emprendedores que son capaces de entender y regular sus emociones, comprender a los demás y construir equipos sólidos tienen una ventaja competitiva significativa en un mundo empresarial cada vez más complejo y desafiante. Si eres un emprendedor que busca tener éxito, no subestimes la importancia de la inteligencia emocional en tu camino hacia el éxito.